Quiero compartir con vosotros esta reseña, titulada El legado de la Mitología, que elaboré como estudiante de 3º de Filología Hispánica sobre la obra poética Pensando en ti, de Antonio Gómez Yebra, profesor Titular de Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Málaga. La reseña fue publicada en la Revista literaria Katharsis.

Reseña literaria: «El legado de la Mitología»

La obra Pensando en ti, de Antonio A. Gómez Yebra, fue editada en la editorial AEDILE en Málaga, en febrero del año 2006.

Antonio A. Gómez Yebra natural de Almoharín (Cáceres) nació en 1950. Pasó su infancia en Galicia y definitivamente se afincó en Málaga en 1966, donde toda su extensa y dilatada producción cobra vida. En la actualidad, es profesor Titular de Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Málaga, Doctor de Filología Hispánica por la misma Universidad, donde dirige desde 1987 las “Jornadas de Literatura Infantil y Juvenil” , así como el “Aula de Letras”. Además de ser colaborador del diario Sur de Málaga (en el complemento “Fin de Semana”) sobre el cual aparecen frecuentemente artículos, poemas y cuentos en revistas y diarios de España e Hispanoamérica, Yebra es ante todo un ilustre y extraordinario especialista en la figura de Jorge Guillén, sobre cuya obra ha trabajado con gran esmero y rigor.

Pensando en ti está caracterizado por el mundo de la Mitología greco-latina. Esto es, este poemario comprende un conjunto de textos correlativos a los mitos clásicos. Para ello, Gómez Yebra ha recurrido a la tradición mitológica latina, fuente común sobre la cual han bebido numerosos escritores de la literatura universal y de la literatura española. Claro está, para tal objetivo el autor acuciantemente se sirve de un tipo de estrofa: el soneto, convirtiéndose así en un eslabón más de la larga cadena de la tradición clásica. Para Yebra, el respeto a la tradición literaria y la aportación de originalidad en su obra deben ir en perfecto equilibrio. No se debe dar mayor peso a una o a otra.

Entre las presencias de la tradición se ve claramente la de Garcilaso de la Vega, tanto por su métrica como por sus temas (el amor, la visión idealizada de la naturaleza y la presencia de la mitología clásica). Es un amor por amor lo que se observa en esta obra, un amor heterosexual, hecho que explica que la titulara Pensando en ti. Confróntese con la gran figura de Garcilaso y verán las similitudes.

De engarce múltiple de temas y secuencias mitológicas, el núcleo temático del librito es EL AMOR. Este tema nace de las peculiares circunstancias vitales del poeta español, pero entronca perfectamente con la estructura renacentista, de la cual se sirvió.

Si oteamos el incipit, se disipa una escueta nota: A mi esposa, Belén, única Musa inspiradora de este poemario. Por lo que no cabe duda ninguna de que este breve y singular pero significativo poemario, no es más que una dedicación que goza de gran sutilidad y de liviandad hacia su mujer Belén.

El significado no es nuevo. De hecho, si rebuscamos en la literatura española encontraremos sin ir más lejos, aunque con ciertas diferencias, a Federico García Lorca con Sonetos del amor oscuro (1984) o al célebre Juan Ramón Jiménez o a Luis Cernuda, cuyo libro Donde habite el olvido está dedicado a Serafín F. Ferro. En fin, que sirvan como ejemplos estos y otros tantos y tantos de las Letras Españolas.

He tenido en cuenta que, tras haber hecho una larga y extensa lectura, el autor, además de recrearnos mitos de tiempos inveterados, los convierte como tesoro propio, los hace suyo; es decir, el poeta nos pone de relieve un libro donde priman a la perfección la subjetividad y personalidad con el interés y el sensible cuidado a la hora de revivir aquellos mitos. Patrimonio subjetivo.

Por otra parte, todos los sonetos van encabezados por un nombre propio femenino (LEDA, EURÍDICE, EUROPA) y a la vez distribuidos ora por el libre albedrío del autor ora por orden cronológico. A juzgar por la forma, existe una lineal secuencia de sonetos con el mismo entramado: todos, excepto el titulado SUSANA, respetan el orden de la estructura clásica: 2 cuartetos y 2 tercetos. En cuanto al número de versos, mayormente el poeta respeta lo que es característico de un soneto clásico. Pues, vemos algunos versos endecasílabos, pero afloran versos de catorce sílabas (versos alejandrinos), muy común en la poesía medieval francesa (vgr. LEDA, ECO).

Por último, me llama la atención el poema titulado CUPIDO que aparece en el epíteto. Debe ser sin más un símbolo como muestra de enaltecimiento hacia su Musa, soneto que la eleva aún más.

Tras haberme leído todos los sonetos, me he visto obligado a elegir y a reproducir uno de entre estos, en concreto, el del número VIII, el que más me ha cautivado: LEDA.

LEDA

Ven conmigo a mi lado, no rehuyas mis brazos,
deja que te acaricie con mis alas de seda,
déjame que te estreche como Zeus a Leda,
no detengas tus pasos, no dilates los plazos.

Ven conmigo a mi estancia, que me rompo a pedazos
por trepar tus colinas, por surcar tu alameda,
por jugar en tus llanos, como niño, a la rueda,
por sentir de tus riscos rojos alfilerazos.

Ven conmigo a mi lecho, a mi lago en la bruma,
donde todo renace como el sol del oriente
que se oculta de noche en su templo dorado.

Ven conmigo que siento cómo crece la espuma
y te quiero bañar en mi cara oferente
hasta ser dos en uno por habernos trenzado.

Desde el primer cuarteto con esquema métrico de rima consonante cruzada en las formas A14 B14 A14 B14, ya se advierte el acontecer del suplicio que siente el poeta y, que se extenderá a lo largo del soneto, ante la seducción de su amada. Este poema arranca con una mayor intensidad, pasión, vitalidad y fuerza, a través del uso de la anáfora por medio de un imperativo (Ven conmigo…/ven conmigo…/ven conmigo…/ ven conmigo).

Aquí, el poeta nos invita a formar parte del conocido mito clásico: el dios Zeus, transformado en hermoso cisne, seduce a la princesa Leda a orillas del lago donde ella se baña desnuda. Por lo tanto, refulgen el erotismo y la sensualidad, tan esencial en la tradición y en la estética modernista.

De nuevo, el poeta siente y palidece el deseo de tenerla cerca, junto a él; aún sigue reclamando aquel amor que tan fatigante espera. En este segundo cuarteto, parece que el poeta le confiesa su dolor, su tortura, la cual lo conduce a la desintegración individual (que me rompo en pedazos…). La busca intensa y constantemente. Aquí, vemos el uso claro de la anadiplosis o anástrofe en los tres últimos versos (por trepar…/por jugar…/ por sentir...) de este cuarteto de rima perfecta A14 B14 B14 A14, cuyo tercer verso además contiene una comparación (por jugar en tus llanos, como niño, a la rueda).

Con respecto al primer terceto, el poeta la invita a su lecho, tálamo, que sabemos cómo es por la siguiente descripción introducida por el elemento comparativo (donde todo renace como el sol del oriente / que se oculta de noche en su templo dorado). Así, sabemos que aquel lugar disfruta de calidad, ternura y placidez. En esta estrofa se disipa la rima consonante, en la que los términos bruma, oriente y quemado rimarán con espuma, oferente y trenzado, palabras del ulterior terceto.

En cuanto al segundo y último terceto, se atisba ya como ingrediente clásico de la mitología la metamorfosis que consuma el propio poeta. Pues, este se convierte en agua, en un lago (imagen idéntica a la del mito de Leda cuando Zeus se convierte en cisne para seducir a Leda), con el objetivo de alcanzar y abrazar a su amada, tras haberla seducido. Aquí, ya se consume lo esperado: ser dos en uno.

En conclusión, Pensando en ti viene a ser un prolijo homenaje a su esposa Belén, dignificándola a la manera y técnica no nuevas sino clásicas o, mejor decir, renacentistas. Alude a la Mitología clásica para revivir los mitos más conocidos y adaptarlos a su subjetividad y personalidad, motivo por el cual me ha vislumbrado para hacer apasionadamente esta reseña, a la cual me hallaba empeñado.

Juan Antonio Bellido Figueroa

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